REGRESO ONÍRICO A LA CASA DE LA INFANCIA. Por David Ignacio Molina Velásquez*
LXIX
“No hay que ser una Alcoba — para estar Embrujada
No hay que ser una Casa —
Los Pasadizos del Cerebro — exceden
El Lugar Material —”
(Emily Dickinson)

Desde este poema de Emily Dickinson, quien estuvo la mayor parte de su vida enclaustrada en su hogar y su alcoba, quiero iniciar este escrito, donde abordaré el simbolismo de la casa en los sueños, en especial aquellas casas que se enclavan en las infancias, en el pasado de las familias. Elijo este símbolo, por una serie de sueños que han venido a mi en los últimos años, algunos teñidos de nostalgia y otros de pavor; pero todos entretejidos en marañas de complejos muy antiguos, material valioso para mi trabajo personal en la comprensión del proceso a través del cual se desarrolló mi vida.
El poema de Dickinson entrelaza magistralmente los pasadizos del cerebro, del recuerdo, el tejido biológico neuronal de complejos, las habitaciones que nos habitan, la casa como metáfora del alma, de su historia, de su crecimiento, complejidad y los fantasmas que viven en ella.
La casa es una imagen simbólica recurrente en los sueños, por lo que se considera importante entrar en ella, en la casa que nos habita, para ampliar la comprensión de sus significados.
El libro de los símbolos de Taschen, habla de la casa como contención y refugio, El hogar está allí donde esté el corazón. La relaciona con el útero materno, representado en las casas circulares y con ranuras que semejan la vagina; lo circular que recuerda el principio y fin de la vida, lo cíclico. De otro lado, la casa no tiene que ser necesariamente un lugar físico, el hogar es el lugar del alma, puede ser un bosque, un desierto, un amigo.
En los sueños, la psique suele representarse como una casa, puede tener varios niveles, que representan un continuo en el tiempo, diferentes épocas también. La representación de la casa también puede simbolizar la solidez estructural de la personalidad, la relación entre aspectos personales y transpersonales.
La casa, como cualquier símbolo, posee luz y sombra, en ella se dan la armonía, pero también la violencia doméstica. El hogar puede representar el cuidado del sí mismo o su violación. El hogar es la meta de búsquedas épicas y transformaciones espirituales, como lo podemos observar en “La Odisea”, por ejemplo. (Taschen, 2010)
Uno de los sueños de Jung, rigurosamente analizado por Él, es el inicio de su intuición sobre el inconsciente colectivo y presenta gran cantidad de material simbólico. El sueño pareciera abarcar la historia personal y también la historia de la humanidad en su recorrido por una casa de varios niveles. El relato onírico se encuentra en su autobiografía:
Me encontraba en una casa desconocida para mí que tenía dos plantas. Era «mi casa». Yo me hallaba en la planta superior. Allí había una especie de sala de estar donde se veían bellos muebles antiguos de estilo rococó. De la pared colgaban valiosos cuadros antiguos. Yo me admiraba de que tal casa pudiera ser la mía y pensé: ¡no está mal! Pero entonces caí en que todavía no sabía qué aspecto tenía la planta inferior.
Descendí las escaleras y entré en la parte baja. Allí todo era mucho más antiguo y vi que esta parte de la casa pertenecía aproximadamente al siglo XV o XVI. El mobiliario era propio de la Edad Media y el pavimento era de ladrillos rojos. Todo estaba algo oscuro. Yo iba de una habitación a otra y pensaba: ¡Ahora debo explorar toda la casa! Llegué a una pesada puerta, que abrí. Tras ella descubrí una escalera de piedra que conducía al sótano.
Bajé y me hallé en una bella y abovedada sala muy antigua. Inspeccioné las paredes y descubrí que entre las piedras del muro había capas de ladrillos; la argamasa contenía trozos de ladrillos. Ahora mi interés subió de punto. Observé también el pavimento, que constaba de baldosas. En una de ellas descubrí un anillo. Al tirar de él se levantó la losa y nuevamente hallé una escalera. Era de peldaños de piedra muy estrechos que conducían hacia el fondo. Bajé y llegué a una pequeña gruta. En el suelo había mucho polvo, y huesos y vasijas rotas, como restos de una cultura primitiva. Descubrí dos cráneos humanos semidestruidos y al parecer muy antiguos. Entonces me desperté. (Jung, 1961:95)
Jung nombra a este sueño como “un diagrama estructural del alma humana”. El autor describe cómo la casa en su sueño simboliza su psique y estado de conciencia en ese momento. La sala de estar representa la conciencia, mientras que el piso inferior simboliza el inconsciente, revelando capas más extrañas y oscuras a medida que desciende. En la gruta, descubre vestigios de una cultura primitiva, representando el mundo de los hombres primitivos en su interior. El sueño agrega capas de conciencia, representadas por la planta baja deshabitada, el sótano romano y la gruta prehistórica, simbolizando tiempos pasados y niveles superados de conciencia.
Con el fin de vislumbrar los elementos anteriores, revisaremos algunos sueños de pacientes cuyo lugar es la casa de la infancia.
Sueño 1: “Estoy en la casa de mi madre, que queda en una provincia de Alemania. Estoy sentado en el sofá. Llega volando un papagayo y se sienta en mi pierna. Va escalando hacia mi codo.”
Asociaciones y amplificaciones:
- El paciente es alemán, vive en Berlín, de personalidad introvertida. Consulta porque quiere conectarse más con su vida emocional, con el sentimiento; se considera demasiado racional y ello está afectando su vida de pareja. Es ingeniero de profesión. Este sueño es parte de una serie en la cual se ve en la casa de su infancia, a veces en fiestas, a veces con sensación de angustia. Cuando empezamos a trabajar sobre su función sentimiento, aparece de nuevo el retorno a la casa infantil, después también de un fin de semana de convivencia difícil con su familia de origen. Esta regresión a la casa, que lo conecta con el sentimiento, trae en este sueño específico, un símbolo inédito en su vida.
- Un papagayo es algo lejano culturalmente al paciente, pues es alemán, pero que le transmite las emociones y su fuerza salvaje, al tiempo que la sociabilidad y la comunicación. Llama la atención por sus colores, su inteligencia y búsqueda de cercanía.
- El Papagayo puede ser una imagen compensatoria de su psique consciente, habitualmente racional, ordenada e intravertida.
- El papagayo en la casa de la madre, le invita a fortalecer el contacto con su familia de origen, lo que ha estado apareciendo en el proceso terapéutico.
- En la amplificación cultural y arquetípica, simboliza el espíritu, el amor y la libertad. El papagayo simboliza específicamente en este paciente la función trascendente(Jung, 1916), una nueva actitud de la conciencia hacia los contenidos del inconsciente. Posibilidad de integración y principio de individuación. El motivo de consulta del paciente, se relacionaba con un alto nivel de racionalidad y una desconexión con la función sentimiento.
Sueño 2. “Estoy en la casa donde nací y crecí. Alrededor de la casa, hay alguien deambulando, se asoma por la ventana, acechando. Por la ventana de la cocina le dispara a mi mamá, quien muere en ese momento”
Asociaciones: Es un sueño repetitivo, que la paciente tiene desde el asesinato de su madre, el cual Ella presenció en su infancia. En el sueño se manifiesta la reexperimentación del trauma. Donald Kalsched describe esta situación en su teoría del trauma infantil, donde describe una fragmentación del sí mismo, una parte constituída por el niño traumatizado y la otra, el adulto que surge, que sigue creciendo y defendiendo disociativamente y amenazando al tiempo al niño encapsulado en la experiencia traumática (2019). En este caso el complejo bipolar traumático aparece una y otra vez escenificado en los muros psíquicos de la casa infantil, una casa embrujada por el trauma, de dónde la paciente, a pesar de las décadas, no consigue escapar. Este sueño posee una imagen que podríamos relacionar al poema inicial de Dickinson, el cerebro como la casa donde se pasean los fantasmas irredentos.
La casa como símbolo del alma, aparece representada continuamente en el cine y la literatura. Por destacar algunos ejemplos, con fines amplificatorios, se presentan los siguientes:
Encanto: Film de Walt Disney Animation Studios, cuenta la historia de los Madrigal, una familia que vive escondida en las montañas de Colombia, en una casa mágica, en un pueblo conocido como Encanto. La magia de este lugar ha bendecido a todos los niños y niñas de la familia con un don único, desde súper fuerza hasta el poder de sanar. A todos, excepto a Mirabel. Pero cuando descubre que la magia que rodea al Encanto corre peligro, Mirabel decide que ella, la única Madrigal sin poderes mágicos, podría ser la última esperanza de su casa y familia. (Disneylatino, 2021).
La casa Madrigal, simboliza la conexión que existe dentro de la familia. Cada habitación está decorada de manera única y refleja los dones de los diferentes miembros de la familia. La casa es un lugar acogedor, que representa la importancia de cada individuo en el contexto de la familia extensa.
A medida que la historia se desarrolla, la Casa Madrigal también simboliza la aceptación de la diversidad y la idea de que todos tienen algo único y valioso que aportar, independientemente de si tienen un don mágico específico o no. A lo largo de la película, la Casa Madrigal también representa los desafíos y conflictos internos que enfrenta la familia.
La ruptura y desplome de la casa, escenifica la fragmentación de los vínculos familiares, los cuales son restituídos por la reparación de la confianza mutua entre la familia y con la comunidad. Sólo allí la casa es reconstruída, desde una base diferente a su creación, que obedecíó al trauma generado por el desplazamiento forzado, la violencia sociopolítica y la muerte del patriarca familiar. En una escena impresionante, tras la muerte del esposo de la abuela Alma, ésta se derrumba y a su alrededor se genera una muralla natural constituída por una cadena montañosa y de la vela que alumbraba el camino, surge el milagro y la casa protectora para la futura familia Madrigal.

Fuente: Disney Plus Brasil, (2022)
La casa de las dos Palmas: Obra de Manuel Mejía Vallejo,
“relata los años maduros de un descendiente de colonizadores y fundadores que decide reconstruir la casa en un acto que significa también la reconstrucción de la historia de la familia Herreros y la de su pueblo Balandú, fundado por su padre y por su abuelo. Con esta familia, se recorre un tramo de la historia de Antioquia correspondiente a fines del siglo XIX y comienzos del XX, años de guerras civiles y enfrentamientos entre los liberales y los conservadores; años, también, de la avanzada antioqueña que coloniza tierras hacia el suroccidente de Colombia.” (López, 2011:3”)
La novela va recapitulando la historia de la familia en el marco de la reconstrucción de “La casa de las dos palmas”, morada fastuosa construída por el auge minero y que signó a toda la familia con una maldición que amenaza la extinción de la estirpe. En esta novela, la casa se entrama con el territorio salvaje en proceso de colonización, con la superstición religiosa, la brujería y la violencia protegida por valores familiares.

Fuente: Biblioteca Pública Piloto
La Casa: A lo largo de varias épocas, una familia pobre, un promotor inmobiliario y una casera hastiada están conectados a la misma casa misteriosa. (Filmaffinity, 2022). La película es dirigida por Emma De Swaef, Marc James Roels, Niki Lindroth von Bahr, Paloma Baeza. Una misma casa y tres narraciones y relaciones distintas. En la primera, una familia pobre, que quiere escalar socialmente, termina siendo presa de la casa que puede darles lo que anhelan. En la segunda, un vendedor muestra la casa para su venta y se evidencia toda la sombra subyacente a la aparente perfección de la morada, a través de una infestación de bichos. En la tercera historia vemos a un personaje apegado a la casa, hasta el punto de poner en riesgo su vida y sacrificar su libertad. Las tres historias son complejas, en el sentido más junguiano de la palabra… evidencian relaciones intrincadas de emociones, pensamientos, recuerdos y deseos que se proyectan en un espacio particular.

Fuente: FilmAffinity, (2022)
Los sueños y referencias de películas y libros anteriores, muestran como en la casa se estructuran los vínculos primarios y cómo estos siguen habitándonos años, décadas después, deambulando por los pasillos de la psique… en ocasiones como fantasmas atrapados y en otras como reservorio de recursos donde la psique va cuando precisa ubicar respuestas, símbolos que le permitan comprender aspectos del presente.
En la práctica clínica, en mi experiencia tanto como paciente y terapeuta, los sueños con la casa de la infancia son frecuentes; aparecen, como hemos visto, en momentos de transición, donde la psique recurre a sus fuentes regresivas para encontrar símbolos que permitan resignificar el presente y el futuro. También pueden surgir como un atrapamiento en el trauma, como el otro sueño presentado. En todo caso son materia prima para la comprensión del estado actual y el proceso de desarrollo de la psique. El uso de la caja de arena me ha permitido y a mis pacientes plasmar materialmente este tipo de sueños, posibilitando comprensiones, estados de ego- afecto sobre los vínculos familiares, los roles que se ocupan en el sistema, la relación con el pasado y otros tópicos definitivos en el proceso de individuación.
A continuación, voy a narrar un sueño que tuve hace algún tiempo, que da cuenta tanto de un momento vital como de un proceso. En el sueño me veía a mi mismo en una casona en el campo, en un balcón, mirando hacia el atardecer, con una profunda sensación de bienestar y plenitud. El camino que daba a la casa, estaba sombreado por eucaliptos y pinos. Unas personas, familiares creo, se iban en ese momento de la casa, quedando yo a solas, pero sereno.
En este sueño, la casa y la finca representan la historia de mi familia, mi padre campesino, con un fuerte apego a la tierra, a la agricultura y la ganadería. De igual forma mi madre, educada en el campo, cercana a la vida de las montañas. De ellos heredé la pertenencia a un territorio, lo que de igual manera aportó en muchas cosas a la conformación de mi personalidad actual: El clima frío, las montañas, el implacable sol de agosto, los eucaliptos y los pinos, el rugir del viento en la meseta descubierta y cierta reciedumbre de carácter que es propia de los nacidos en lugares fríos y escarpados.
Este sueño representa para mi el desarrollo de la personalidad y los personajes y factores implicados en el proceso. En síntesis, la casa de la infancia, que retorna en los sueños, es una especie de radiografía de nuestra estructuración psíquica; Emily Dickinson, lo describe poéticamente:
“Los puntales ayudan a la Casa
Hasta que la Casa está construída
Y entonces los puntales se retiran-
Y adecuada, erecta,
La Casa se apoya en sí misma;
Dejando de recordar
Al taladro y al Carpintero-
Exactamente tal retrospectiva
Tiene la vida perfeccionada,
Un pasado de Tabla y Clavo
Y lentitud, – entonces los Andamios caen-
Afirmando un Alma.”
(Emily Dickinson)
Referencias
Dickinson, Emily, (s.f.), Complete Poems, Ed. Panamas Classics.
Jung, Carl, (1916), La función trascendente, Obras Completas, tomo 8, Ed. Trotta.
Jung, (1961), Recuerdos, sueños, pensamientos, Ed. Seix Barral
Kalsched, Donald, (2019), Abriendo el corazón cerrado, http://www.adepac.org/inicio/abriendo-el-corazon-cerrado-donald-kalsched/
López Restrepo, Alba Doris (2011). “Un lugar para otear el mundo: La Casa de las dos Palmas del novelista colombiano Manuel Mejía Vallejo”. En: Boletín de Antropología. Universidad de Antioquia, Vol. 25 N.o 42, Medellín, pp. 175-202. Texto recibido: 02/05/2011; aprobación final: 24/10/2011.
Netflix, (2022), La casa
Taschen, 2010, El libro de los símbolos
Walt Disney Studios, (2021), Encanto
* AUTOR: David Ignacio Molina Velásquez, Psicólogo de la Universidad de Antioquia; Especialista en Psicología Clínica, énfasis: Salud Mental; Especialista en Literatura; Magíster en Psicología y Salud Mental de la Universidad Pontificia Bolivariana; Analista Junguiano en formación. Me desempeño actualmente como Psicólogo clínico y Docente- investigador.